Queridas amigas, queridos amigos

Es difícil de creer: En Las Maldivas, una chica de quince años de edad, víctima de repetidas violaciones ha sido condenada a cien latigazos en público. Es algo trágico y vergonzoso. Está en nuestras manos detener esta locura llegando donde más le duele al gobierno de las Maldivas, es decir en los ingresos que genera el turismo.

El padrastro de la niña fue acusado de haberla violado durante años y matar al bebé que esperaba. En la actualidad, el turismo es la gallina de los huevos de oro de las élites de Las Maldivas, que incluye a los ministros. ¡Los tribunales dicen que la jóven deberá ser azotada por  haber consentido el adulterio! La presión internacional puede obligar al presidente Mohamed Waheed a salvar a esta chica inocente y abolir esta ley atroz e inhumana. Así es como vamos a terminar con esta guerra global contra las mujeres. ¡Levantémonos contra todos los abusos de este tipo!

Las Maldivas son un paraíso para los turistas. Pero para las mujeres, el país puede convertirse en un infierno. Bajo crueles interpretaciones de la ley islámica, las mujeres son rutinariamente castigadas con azotes si son declaradas culpables de relaciones sexuales fuera del matrimonio. El castigo es casi siempre para las mujeres, nunca para los perpetradores de abusos. Téngase en cuenta que una de cada tres mujeres es o será víctima de abuso sexual o físico entre los quince y los cuarenta y nueve años, pero ningún violador ha sido condenado durante los últimos tres años.

Las Maldivas están haciendo campaña ahora mismo para obtener una posición de prestigio en la ONU para defender los derechos humanos, especialmente el de las mujeres pero una victoria en esta campaña apoyaría la causa de las mujeres en todo el mundo. Desde que la opinión pública se ha hecho eco de este caso, ya se ha obligado al presidente a apelar la condena de esta joven. Pero esto no es suficiente. Los extremistas obligarán al país a abandonar sus reformas si la atención internacional no hace fuerza.   Las Maldivas deben entender que podrían empañar su reputación de paraíso romántico para los turistas si no cambian las leyes y las actitudes para con sus ciudadanos.

Juntos, con esperanza y determinación podemos proteger a las mujeres en las Maldivas y en el mundo entero.
¡Hagamos oir nuestras voces!

Para más información: avaaz.org

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